Soy una florecilla
humilde y silenciosa;
que nació en una tarde de un jardín otoñal.
Mi sino se confluye
en dos mares lejanos
el uno lleva muerte y el otro libertad.
En vano yo pretendo
consultar ese sino,
navegando en los mares de pura irrealidad.
Me dá miedo la vida
con toda su negrura
dudo de todo y todos
hasta de mi figura.
Pues tengo el alma mustia,
y mi pecho cansado
porque el hada madrina;
ha mucho me ha dejado.
En una noche triste
viendo caer la lluvia.
En los cristales rotos
de mi amor lacerado.
sábado, 29 de noviembre de 2008
Mi sino
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