sábado, 25 de julio de 2009

Una sensación tan agobiante me oprime los sentidos, por las intensas emociones que reflejan ante mí las palabras de ese alguien que manifiesta que tus sentimientos llevan inscrito su nombre.

El saber que mantienen una relación, y que son felices compartiendo este espacio, donde lo mejor será que yo tome otro camino, para no fomentar mis sentimientos, para reprimir esas ilusiones que crecen cada vez más.

La tristeza me eclipsó este día, iluminando por la bella luz del sol, cuyo reflejo solo hizo brillar el interminable llanto que me cubre el rostro.

El sabor amargo de esas lagrimas me ha hecho comprender que eres alguien especial, y merece ser amado plenamente, llegue en un momento crucial, en donde la sensibilidad se siente a cada paso, en donde los hilos del destino, tejen nuevos recuerdos, en donde mis ilusiones que son tan grandes, nunca podré realizar contigo….

Me voy lejos de aquí, de este lugar que tantos momentos agradables me hizo vivir, simplemente porque te quiero tanto, y porque no soy capaz de crear ningún conflicto, dejando tu espacio libre para que seas feliz…

No te sientas culpable por esta ruptura, porque los sentimientos surgieron libremente, porque la fantasía y magia de este paraíso me hizo soñar con este sentimiento, que llevare conmigo siempre….

Anonimo

domingo, 1 de marzo de 2009

Tu olvido

Hoy te escribo esta carta postrera;
anhelando que llegue hasta tí
y que ahora en tu vida, siquiera
quede aún un recuerdo de mí.

Esperaba contenta volvieras,
por la sed consumida de amor
para darte en mis besos el jugo
de las moras de mi corazón.

Pasó el tiempo y mi espera fue vana;
la ilusion se troco en desamor.
el invierno llegó a mi existencia;
y al final el olvido llegó.

Pero hoy desperté con nostalgia;
deseando de nuevo tu amor,
y el recuerdo latente ha venido
a apoderarse de mi corazón.

Cuando llegue esta carta a tus manos
por si acaso la quieres leer,
no la rompas, ahí va mi vida
y ese amor tan intenso de ayer.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Sin prisa

Hoy te he visto pasar; por la calle
con tu andar, tan veloz y sutil
procurando llegar, siempre a prisa
como si ahora, fueras a morir.

No te apures... camina despacio
saborea la vida hasta el fin,
es muy corta, te tiene sorpresas;
que en la prisa no puedes sentir.

Vive hoy sin pensar en mañana
cada día te trae su afán,
disfrutando lo poco que tienes,
fabricando de un pan un manjar.

martes, 16 de diciembre de 2008

Noche eterna

Si el cielo de tus ojos,
se nubla por las lagrimas;
si en mal eterna noche
te sientes sucumbir,
si el dique de tus ojos
se rompe en mil cascadas;
tranquilo que mañana
el sol vuelve a salir.

Hexilda

sábado, 6 de diciembre de 2008

El llanto

Es el llanto la lluvia del alma,
el aceite que limpia el dolor;
Es el prisma que plasma la angustia,
que escondes siempre por pudor.

En la risa encuentras una mascara,
escondiendo tu rabia y tu dolor;
en el teatro de esta burda vida
donde apenas eres el actor.

Solo las almas buenas se confunden;
en un abrazo en medio del dolor.
Del hombre que sus gritos y su ayer
en una lagrima furtiva no escondió.

Hexilda

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Sin amor

Sin amor todo es yerto,
todo es mustio
es un desierto
árido y sombrío
donde agoniza el alma,
con pena y sin premura
en un invierno largo;
de frío y mucho hastío.

Los días y los años
se tornan en atroces,
y llegan hasta el alma;
como un ciclón de lodo,
se retrata en la tarde
la lluvia majestuosa
dejando atrás otoños
y veranos desnudos.

Y la vida es a veces...
adusta, y es amarga
deshojando rosarios;
de miserias humanas,
de este barro compacto
que es el cuerpo del hombre;
un fardo muy pesado
de olvidos y reproches.

El alma se retrae,
se turba y se consume
se gasta en liviandades;
se enjuta como esponja
absorbiendo la savia
de días y de noches
hasta el día que se esfuma.

Hexilda

sábado, 29 de noviembre de 2008

Mi sino

Soy una florecilla
humilde y silenciosa;
que nació en una tarde de un jardín otoñal.

Mi sino se confluye
en dos mares lejanos
el uno lleva muerte y el otro libertad.

En vano yo pretendo
consultar ese sino,
navegando en los mares de pura irrealidad.

Me dá miedo la vida
con toda su negrura
dudo de todo y todos
hasta de mi figura.

Pues tengo el alma mustia,
y mi pecho cansado
porque el hada madrina;
ha mucho me ha dejado.

En una noche triste
viendo caer la lluvia.
En los cristales rotos
de mi amor lacerado.